Me rindo ante la evidencia, y quizás la incapacidad, de mantener mi blog como algo únicamente centrado en los juegos de rol (fruto de ello obsérvese que ya cambié la apostilla).
Hoy hablaré de algo que me suscita... no sabría describirlo con tino, porque esto de las intepretaciones se presta a inexactitud se mire por donde se mire, y más, lo mire quien lo mire; algo que me suscita pensamientos enfrentados que supongo vienen dados por el sencillo hecho de que para cada uno tiene distintas connotaciones, interpretaciones y en definitiva, que cada cual lo siente de una forma diferente. Alguno encontrará ideas que ya me ha oido decir, pero es que tanto revuelo y persistencia con ciertas cosas me han despertado las ganas de decirlo a sabiendas de la reiteración.
Antes de centrarme en el asunto en cuestión, me gustaría aclarar que no estoy alineado con ningún bando, si es que los hubiere, ni profeso compañerismos incondicionales hacia nadie de la blogesfera rolera, y que todo lo que digo lo hago únicamente en el ejercicio de mi libertad cerebral y en representación de su fruto: Mi opinión. De modo que lo aquí expuesto o lo que se puede sobreentender/desgranar de ello, se desprende de situaciones que he presenciado, que en su calidad de ejemplo, podrían ser otras.
A tenor de últimos movimientos (y no tan últimos) de los que soy testigo desde ésta mi atalaya de reciente construcción, diría que en ocasiones hay dificultades en el entendimiento que no acierto a comprender o interpretar. Envites más interesados en atacar a la persona que en contraopinar, y quizás también exceso de credulidad con respecto a esto mismo en comentarios que quizá no tenían por objeto el desprestigio de la persona o de las ideas vertidas.
Yo, desde la humildad que me permite mi subjetividad dejaré algún consejo, pues en definitiva, nos encontramos en medio de una de esas 3 cosas que nos distinguen de... (¿las piedras?); lo que que es la necesidad de relación, aspecto en el que el canal de transmisión es es indistinto (para opinar de sobre todo esto), salvo por las dificultades que pueda llegar a añadir a la comunicación misma o las distorsiones que pueda ejecutar sobre el mensaje.
Pondré un símil sencillo: Esto es como ser famoso. Un famoso está contínuamente expuesto a que los periodistas o paparazzi o lo que cojones sea, anden detrás de él incordiando. Nosotros no somos famosos, pero de alguna forma supongo que como yo, muchos vais rulando blog tras blog para leer lo que otros compañeros dicen, y en cierta medida vamos conociendo algunas cosas, como su manera de proceder, el tipo de opiniones y la manera de gritarlas, etc. Asíque de cierta forma muchos de los blogs, sobre todo los más conocidos y/o visitados, o los que generan algún artículo que atrae la atención de la gente por el motivo que sea, propician movimiento y participación en diversos temas, de forma que todos podemos opinar y conocernos.
Creo que esto es clave, pues cada cual puede rápidamente ejercer su derecho de escribir lo que quiera en el blog de cualquiera y es aquí donde parece que se producen desencuentros. Para mí la realiad es meridana: Tu blog es tu casa, una casa en la que la mayoría tenemos la puerta abierta sin reservarnos derecho de admisión (anónimos), o que incluso así, permite la entrada de mucha gente. De modo que yo creo que:
1 - En tu casa haces lo que quieras y aquien no le guste que no entre.
2 - Si tienes la puerta abierta cualquiera puede entrar y decir qué no le gusta de tí o de tu casa, pues tú lo has permitido.
3 - En el ejercicio del punto 1 tienes derecho a cerrar la puerta y que no entre nadie más para que no digan algo que no te gusta.
4 - En el ejercicio del punto 1 cualquiera tiene derecho de ir a su casa (o a casa ajena en el caso del punto 2) y decir en voz alta que tú cerraste tu puerta, y que no le parece bien.
Esta lista concatenada de acción/reacción podría seguir infinitamente y abarcar muchos otros tipos, ejemplos o manisfestaciones de este uso cruzado de legitimidad, pero creo que no es necesario y se coge la idea para lo que considero mi recomendación final:
1) O cada vez que vayas a escribir o hacer algo te planteas las posibles repercusiones, suponiendo que estas puedan no gustarte, y en base a ello te autocensuras para no recibir comentarios desagradables.
2) O aprendes a aceptar que cada cual es como es, dice lo que dice y que no hay que darle excesiva importancia o relevancia. También podemos considerar que te resbale como la mierda (perdónemese la soez), que es otra forma igualmente válida de enfrentarlo.
Personalmente creo que lo segundo es más saludable. Todos nos expresamos, todos nos entendemos y tan contentos; pero no parece tan sencillo como un mero acto de comunicación, si no que a algunos les gusta la polémica, a otros no, a otros el ataque a hurtadillas, se producen malinterpretaciones, cruces desafortunados, y todo tipo de ideas cruzadas que con intención o no parecen molestar, doler o importunar a otros.
Sobre el porqué de esto supongo que se podrían escribir muchas líneas desgranando cada asunto y entrando en campos del saber que no son de mi incumbencia, pero rescataré dos conceptos: Opinión y Crítica.
Creo que en ocasiones confundimos estos términos. Una crítica es siempre fundamentada en base a la objetividad y (supuestamente) fruto de un análisis, que se espera, mínimamente pormenorizado. Por el contario una opinión no sólo es todo lo contrario por ser algo subjetivo, si no que no tiene porqué ser pormenorizado, ni consecuente, ni fiable, ni nada de nada. ¿Todos teníamos culo no?
Me cuesta entender pues, y asistir con cierta perplejidad, a que se confundan en ocasiones estas dos cosas. Pienso bien de la gente hasta que se me demuestra lo contrario, y no creo ver malas intenciones o intenciones ocultas en muchos comentarios, sólo quizá, un exceso de malinterpretación. ¿Por qué atacarnos unos a otros? Desconozco si existen rencillas anteriores, ecos de antiguas luchas enconadas que provocaran heridas permanentes, pero aun así, ¿de verdad es necesario sacar la espada y luchar? Quizá en ocasiones hay un exceso de acritud, o quizá es que sólo lo veo. Éste quizá también es un problema. Lo que para mí es divertido e incluso interesante, o inocuo, para otro es agresivo o está fuera de lugar. ¿Cómo reglamos esto para que nadie se sienta mal? ¿Cómo medimos las coas para que no nos llevemos al equívico sobre algo que finalmente condicione nuestra relación y nos enfrente como enemigos?
Quien más y quien menos está en esta región del espacio (del ciberespacio mejor dicho) porque tenemos algo en común. Ya seas jugador, máster, autor de blog, articulista de blog, editor, escritor...; todos estamos aquí por una misma razón, un denominador común. No creo que haya que tomarse ciertas cosas tan en serio, de manera tan personal, incluso si así lo pretendieran los que lo pretendan (si es que los hay).
Supongo que no es tan sencillo y que no hay fórmulas mágicas, pero para terminar diré algo que ya he dicho por ahí en otras partes: quien critica tu trabajo (además de la consecuente publicidad que eso le otorga) te hace un favor, pues te está ayudando a mejorar, y cuando no, al menos a reflexionar sobre ello.
:)