jueves, 22 de julio de 2010

Hoja de personaje para AD&D Dragonlance (sólo front)

Siempre que a he jugado a ad&d fue ambientado en Dragonlance. He jugado a otras cosas como Reinos de Hierro pero y en d&d 3.5.

Resulta que ahora, un amigo de esos con los que me inicié en el rol que llevaba unos años más o menos retirado, ha cogido ganas para redirigir, y ha decidido empezar con Dragonlance, ambientación cuyos libros devoraba con fruición más allá de dos lustros atrás.

Quería que hiciéramos unas modificaciones, que resultaban demasiado cutres, de modo que merecía más la pena rehacer la ficha desde 0, aunque tratando de conservar parcialmente la esencia, asíque nos pusimos manos a la obra. 

Hay que decir, que estos cambios obedecen a nuestros caprichos, por lo que para muchos esta ficha carecerá de interés por no corresponderse con sus necesidades. En cualquier caso os invito bien a leer los cambios, bien a descargarla para verlo.

Paso a pormenorizar las alteraciones:

1 - Datos personles
Han sufrido algunas supresiones de campos un tanto extraños. Recuerdo que introducimos ciudad, que no aparecía en la original.

2 - Percepción
Añadido como característica. Por algún inexplicable motivo esta característica no existía en la cabeza de la gente de Tsr (y sigue sin existir en la de la gente de Wotc), y parece que lo subsanaron malamente introduciendo algunas pericias relacionadas con ello, de la misma forma que hicieron en 3.5 con el escuchar y avistar (no recuerdo los nombres exactos). Lo siento señores, la percepción no es una habilidad entrenable (aunque pueda mejorar), es algo que define a un ser. Así pues tenemos nuestra característica y sus correspondientes ajustes, sacados de alguien que los puso por ahí en internet. Parecen más o menos correctos por lo que no nos quejamos excesivamente.

3 - Puntos de Golpe
No me gustaba nada la distribución de los PG (tampoco es que ahora me fascine), de manera que dejamos un recuado para poner el total perenne, y una zona alargada para poder ir apuntando las restas de vida sin tener que borrar constantemente, pues todos sabemos que tras 5 combates la zona de la vida es un manchurrón gris que va ganando oscuridad, y tras 20 un agujero.

4 - Habilidades especiales
Hemos introducido un espacio destinado a meter todas aquellas atribuciones por raza o por clase específicas del personaje. Contemplamos la opción de incluir aquí también los traits y desventajas, pero por ahora lo dejamos así y pensamos que eso podría colocarse en la parte de atrás (que no está hecha). Quizá cuando sepamos qué poner detrás queramos cambiar de idea y modificar esto para incluirlas por delante, cosa, que yo prefiero.

5 - La tabla de armas
Simplemente hemos comprimido los campos para que no ocupara tanto la tabla y poder así aprovechar el hueco de la derecha.

6 - Special attacks y anmunition
Hemos suprimido estos dos apartados porque al parecer nadie en el grupo hará uso de ellos. En cualquier caso y pensándolo bien, lo suyo es que la munición se pueda contabilizar de alguna forma, por lo que no descarto una actualización de la ficha para incluirla en el front.

7 - Habilidades
Conocidas como pericias, hemos decidido introducir una tabla con todas las que hemos considerado interesantes. Ad&d segunda edición parece ser que todavía abogaba por un juego no totalmente alejado de la interpretación, por lo que en un alarde de considerable esfuerzo, en el manual básico figuran bastantes habilidades. En realidad la lista era muy extensa, y había muchas de ellas que consideramos innecesarias o irrelevantes, por lo que hicimos una selección de las más útiles (desde nuestra perspectiva) y dejamos algunos huecos (pocos) para meter alguna más a gusto del pj. Está más que claro que es mejor poder seleccionar que encontrarte con unas ya puestas (3.5), o un batiburrillo absurdo e impracticable de unas pocas (4.0).

8 - Habilidades basadas en PER
Obviamente la inclusión de esta característica debía tener algún efecto colateral sobre las habilidades, y más aún teniendo en cuenta las aberraciones que había, basando habilidades en sabiduría o inteligencia cuando claramente es la percepción la que manda.

Esto es todo, os dejo la preview y el link:

martes, 13 de julio de 2010

Frases para la gloria (Kult) - III



Partida el Violín desafinado

- Tenía buena pinta para estar muerto...
- ¿Hacía deporte?

- Ves un violín.
- ¿Cómo es?
- Muy bonito

- Le pego la hostia más grande que le han dao en su vida (jugador hasta los huevos de un pnj)

- La gente está muriendo rápidamente (en ese momento se va la luz)
- ¡Ahora nos toca a nosotros!

- ¿Vives en Manhattan y no tienes una puta vela?

- Me quedo con los ojos en blanco, ¡digo con la cara blanca!

- No pensaba que te gustara esa música
- No me gusta, es un estudio antropológico...

- Esta cosa me la dio un amigo mío que está muerto

- Este reloj no tiene precio...
- ... Cinco pavos
- ¡Tómalo!

- Eso quiere decir que el reloj y la tía no se conocían

- Tú lo que tienes que hacer es dejar de pensar racionalmente

- ¿Recordáis lo que pasó en mitad del concierto?
- ¿El intermedio?

- No creo que sea conveniente meternos en la boca del gato, ¡digo del lobo!

- Ha sido todo muy frustrante, no sabían nada (después de apalizar a unos malos para sacarles info)

- Ve a la filarmónica a preguntar por los violines (sobre un violín que parecía controlar a la gente)

- Quizá no sean humanos...
- ¿Pingüinos?

Una escena en la que los pj van por mitad de la nada con un tipo (otro pj) que está en el maletero porque es agorafóbico. Les para la policía.
- Permiso de conducir por favor. Arthur Dracon Pendrake... ¡lugar de nacimiento el Vaticano!
Se oye un ruido en el maletero y el policía le pide que lo abra. Al ver al otro pj allí dice:
- Es un amigo nuestro que no sabíamos que tenía agorafobia...

- Que el tío no tiene modus operandi, que se la come a vino tinto.

- Llamo por teléfono
- No tienes cobertura
- ¡Mierda!
- ¡Tócate la polla! (el pj estuvo toda la puta pardida dando por saco con el telefonillo. La pérdida de cobertura no era buena para los pj, pero era un alivio para el resto de los jugadores)

- Cojo la pipa y la katana
- ¿¡Qué katana!?

- ¿La palabra "Vamos", os suena a mono? ¿Yo en la calle dándome de ostias y vosotros empapelando la pared? (Un personaje inició una persecución sobre un tipo mientras que otros se quedaban investigando en una habitación. Se oyeron disparos fuera, pero los pj descubrieron que tras el papel de la habitación había extraños símbolos no recuerdo si de invocación o algo del estilo)

- ¿Tienes pc en casa?
- Sï pero no lo uso, no tengo ni idea
- ¿Y en un web café lo vas a usar mejor?


lunes, 12 de julio de 2010

Reinicio de encuesta de ambientaciones (editado)

Fruto de la precipitación olvidé colocar algunos géneros, véase: oeste, zombies, postapocalíptico y cyberpunk. Como la encuesta (lógicamente) no se deja editar la he recolocado de nuevo. Seguro que se podría añadir algún género más, pero creo que así está bien.

Además, fruto del despiste, al volver a poner la encuesta olvidé marcar la opción de múltiples respuestas, con lo que me he visto obligado a volver a colocarla. Mil perdones.

lunes, 5 de julio de 2010

Soldado de Ánsalon (parte II)




Han pasado ya casi dos años y cualquier vestigio de odio se ha disipado en mí. Ahora siento un profundo desasosiego, equiparable solamente al de quien vaga sin rumbo o sin saber manejar instrumentos que le guíen hasta buen puerto.

La sensación de soledad sólo es comparable con la vacuidad que me embarga. Tengo agarrado un manojo de nudos en el centro del cuerpo que tira de todas partes sobre sí mismo, hacia un punto desconocido que todo lo quiere fagocitar. Puedo oír una voz en esos momentos, algo que me llama hacia el interior, pero no comprendo su lenguaje y desconozco los términos en los que se comunica conmigo, ni lo que espera de mí.

Busco noctívago el siguiente eslabón en esta cadena pesarosa que es mi vida, pues a la noche la pesadilla me embarga y al día no siento más que mi cuerpo es una cáscara, a la que la alimaña extrajo toda enjundia que alojaba en su interior.
Desorientado me alejo de donde fui vendido, al tiempo que viejos ideales aun revolotean por mi mente cual papiros olvidados al descuido, como en una torre de fenestras abiertas en la que el vendaval hace bailar papeles hasta vaciar la estancia, dejando allí algunos de ellos inconexos, imposibles de descifrar en un orden o continuidad que tenga sentido.

Día a día, noche a noche; de terrible dolor, carne lacerada, ojos desorbitados, bocas repletas de moscas, y vísceras desparramadas por el verde piso; de tales aberraciones escapo durante la noche al momento de verme atravesado de lado a lado, sintiendo más dolor en el alma que en la envoltura que es el propio cuerpo, pues tal es la naturaleza enigmática de los sueños que nos traen sensaciones alteradas en algunos casos tan reales o dolientes como la propia realidad.

Ahora mi rumbo es incierto pues busco el yo perdido incluso creyendo que no puedo hallar en el contexto algo que sólo puede encontrarse en mi propio interior, y tal es mi contradicción. Pero el entorno cambia a mi paso firme y de alguna forma siento que mi yo interno sufre una desconocida metamorfosis, que mi búsqueda encuentra un sesgado sentido, que lo que hay en mi interior muta levemente por aquello de acercarme hacia alguna comprensión, que incapaz de calificar ahora, guía mis pasos.

El nuevo camino se abre ante mí y ello mismo me impulsa a seguirlo, pues antaño anduve por los establecidos por otros. Reconozco pues la emoción de un rumbo que presiento establecido, pero no por la voluntad de hombre alguno, si no por los ecos de mi propio destino que me llama desde el horizonte, que rezuma como inquieto de desvelarse ante mí y otorgarme a priori el objeto de mi búsqueda.

¿Y qué busco pues? ¿Es venganza? ¿Entendimiento? ¿Acaso me dirijo allí donde pueda dar muerte a mis pesadillas o tan sólo busco la propia muerte por cual merezca la pena definitiva morir?

La voz del precipicio sigue seduciéndome. Susurra mi nombre acariciándome como el vapor de agua que se adhiere a la tez, mas me resisto pues sé que no acaba mi camino en su fondo, porque si así fuere me habría vaciado junto a mis hermanos.
Mi camino no acaba si no de empezar, pues aún he de comprender por qué parece ayer cuando la sangre circulaba rauda por la comisura de mis labios.

jueves, 1 de julio de 2010

Soldado de Ánsalon (parte I)

Parece ayer cuando la sangre circulaba rauda por la comisura de mis labios. Había perdido las fuerzas y con ellas la consciencia. Un par de robustos cuerpos cubríanme parcialmente y hube de hacer un gran esfuerzo para zafarme de onerosa presa.

Nada más en pie pude contemplar aquel panorama desolador. Multitud de cuerpos sin vida, quietos, rotos; la sangre indolente, cansada, no queriendo ya salir de ellos. ¿Cuánto tiempo yací en ominosa tesitura? 

Toda mi unidad estaba destrozada, esparcida por el suelo como los pétalos de una flor pisada; como si de una baraja arrojada por un niño al suelo se tratase. Mezclábase la sangre de distintos cuerpos sin conocer su procedencia; mezclábase la carne de distintos cuerpos sin saber su pertenencia. Eran mis compañeros y ahora ya no quedaba alguno con vida. Crecí con ellos, aprendí con ellos, sangré con ellos ¿Por qué motivo no me desequé como ellos? Quizá hubiera sido mejor, pues al menos no habría de soportar el castigo de contemplar aquel horror y recordarlo en un tedio mortificante.

Todavía no puedo comprender cómo exactamente sucedió. Nos vimos rodeados en aquel paso esperando la llegada de los caballeros. Pude verlos venir, pude verlos testigos de nuestra enconada lucha. Por un instante pude sentirlos quietos, inmóviles, observando tras su yelmo desde aquella raja en el metal. Incluso sentí el miedo de sus monturas y me encontré con la duda de sus pensamientos. Pero se fueron. Dieron la vuelta en redondo sin más y un dolor vil y amargo como la sangre ya corrupta empachó el paladar de mi ser.

Desde ese preciso momento, a mi parecer, la matanza cobró sentido en su extrema lentitud. Casi pude ver morir a cada uno de mis compañeros hasta ser yo mismo quien caía entorpecido por el tapiz de cuerpos, a reunirme con ellos sobre la hierba de Ánsalon. Es de un inenarrable y doloroso terror ver atravesado sin remedio ni remiendo posible a tu amigo en la batalla, o ver a otro arrastrarse dejando un brazo atrás, con la mirada ya vencida a la espera del golpe fatal.

Con la vida perdida, manirrota, desatada, pocas cosas podía ya intentar pues sin conocer de facto el uso de la voluntad que la interfiriese, la voz del fondo del precipicio reclamaba mi presencia día tras día. Y fue difícil resistirse, ya lo creo que lo fue.

….

Recuerdo que mi padre me inculcó la importancia de la obediencia y el respeto de las leyes. La manera en la que la defensa de la vida y el orden se organizaban en aquel complejo entretejido de normas, costumbres, bien hacer, y sentido común.

Era su vida, capitán de la guardia; un camino que me vi obligado a seguir sin opción ni duda, trazado desde antes de la propia concepción de la idea que engendraría la persona más tarde conocida con mi nombre, Dorian

Así crecí y conocí a los que serían compañeros, amigos, y hermanos; luego muertos, con toda una vida apuntando sin saberlo hacia un único momento que nos esperaba desde el futuro con abyectas intenciones.

Todo para aquello, todo para nada. Educados y entrenados para morir ese día. Ya daba igual lo que hubiera acontecido en sus vidas pues no eran más que retazos de polvo en el pasado, huellas invisibles que no tardarían en desaparecer sin trascendencia ni pena, salvo para unos pocos.


Deber, leyes, reglas, obediencia. Ya nada de eso tiene sentido. Todo es un fatuo invento al servicio de unos pocos que mueven ficha cuando es de su apetencia con algún egoísta y en ocasiones soterrado fin. 

Las normas sólo buscan opresión, castigo, docilidad… Impiden el suceder natural de las cosas,  el transcurrir en sí mismo. Fruto de la costumbre y el artificio nos movemos con pasos impropios hacia lugares no escogidos. ¿Qué sentido tiene esta vida a medias en la que no puedo decidir como errar, o hacia donde inclinarme? ¿Ese es el sentido de todo pues? ¿Obedecer hasta morir sin comprender el por qué?

Me resulta en extremo ajena toda aquella parafernalia prefabricada e impuesta. De pronto siento que di un paso en el entendimiento, en el verdadero sentido de las cosas. Una vez me he desprendido de la venda puedo ver con claridad que el horizonte no es si no neblinoso y que por eso mismo se afanan tanto unos y otros en reglar el camino, para que nadie se pierda entre la bruma, pues vagar sin rumbo no es del beneficio de nadie salvo del propio, y servirte a ti mismo no es de interés ni satisfacción para los que buscan provecho mediante otros.


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